En cerámica, el lijado es fundamental para:
La nivelación: Ayuda a igualar las diferencias para que la superficie sea plana y uniforme.
El acabado: Elimina cualquier irregularidad en la superficie, como pequeños bultos o rugosidades, lo que hace que la superficie sea más agradable al tacto y al ojo.
La preparación para la aplicación de esmaltes: Ayuda a garantizar una adhesión adecuada del esmalte, uniforme y duradera.
Muy importante no saltearse este paso, para así obtener los mejores resultados en tus piezas! ✨